Aquí, pisando el final de la colina,
giro por no escapar. Estiro mi pierna y empuño mi rifle. Descargo sus balas, algunos
cráneos explotan. Recargo. Doy un paso atrás, el suelo sede un poco. Me afirmo.
Descargo sus balas. La sangre se confunde con la enrojecida luna, recargo. Última
ráfaga que podré dar. Huelo a muerte delante, detrás mío el vacío. Gemidos. Apunto
a su cabeza, acomodo mis pies. Derrumbe. Cada vez huele menos a esos cuerpos
putrefactos, esa muerte. Ellos me miran caer. Empuño el arma del revés. Yo era
el último vivo aquí, no tenía mucho anhelo de seguir. Ahora anhelo que haya quedado al menos un cartucho. Jalo el gatillo…