-...¡¿Judía?! ¡¿Pero, cómo que con forma de judía?! - Sudé,
no lo podía creer, "Forma de judía"... Eso era inaudito,
inimaginable...
- ¡Si, amor! Con forma de judía, ¿o no sabés lo que es forma
de judía? - Contestó ella con toda seguridad, como si soportase que su hijo
tuviese forma de una mujer religiosa y en su panza.
- Pues... ¿Con pollera? No entiendo, ¿forma de judía? - No
podía formar su imagen en mi mente; siempre había tenido buena imaginación,
visualización mental y esas cosas heredadas de la niñez.
- ¡DE POROTO!, ¡tu hijo tiene forma de poroto a esta semana
de gestación! - Sentenció, al final, para mi alivio. Caí al sillón con mi mejor
cara de "Poker Face", absorto de tener que lidiar con vocablos
totalmente ajenos... Realmente ajenos...
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