martes, 30 de diciembre de 2014

El Grifo

Erase, así como tantas veces, un grifo del que al girar su llave no sale agua. Julio suspiró mientras corroboraba la canilla, una vez en el día. “¿Será la nueva conexión que hice?” se preguntó en pensamientos. Comprobó las uniones. Nada fuera de lo normal.
- ¿El caño que pusimos ayer será?- dijo para sí entre dientes. Caminó sobre un hueco tapado hace unos días. Se notaba un poco de humedad. -¡Me cago en la REP…! Lo pusimos hace dos días.- Alzó sus manos agarrándose la cabeza. Lo siguió de una punta a la otra del caño. Grabó mentalmente el lugar donde quería golpear y fue en busca de la maza y los cortafierros. Sonó el metal caer al suelo. Julio empuñó sus herramientas: maza a la derecha, cortafierro a la izquierda. Empezó a percutir.
- Caño de Mierd, te pusimos hace unos día y ¡ya te pinchás! – Las manos temblaban a cada golpe. El metal chillaba y el cemento saltaba hacia todos lados. Pronto el color gris verdoso daba paso a un anaranjado fuerte. Estaba perfecto, ni una gota salía de las uniones y el caño. Una cara de desilusión invadió el rostro de Julio. Parecía perplejo.
-¿Y ahora?- Rascaba su cabeza con la maza en mano. –De seguro es el otro caño, recuerdo que le pegó sin querer Juan…- Volvía la esperanza a sus actos. –Le había dicho que tuviera cuidado. Hay veces que se pasa de la emoción. ¡Personaje que es!-  Emprendió caminata al cuarto contiguo. Trazó un mapa con sus manos ubicando el caño en el piso y empezó a golpear. Esta vez no solo dejó a la vista el caño, también los codos y juntas. Todas perfectas. Su cuerpo dejó escarpar una mezcla de cólera y desilusión
-¡Me lleva la Reconferencia de la hermana del caño!...- Refunfuñaba insultos. Pasaba de una a otra habitación, miraba los caños y analizaba cada uno en búsqueda de algún indicio que se le hubiera perdido.
–Al final, ¡pagar es más barato! Y le tuve que hacer caso a mi primo.- Rememoraba sobre la última conversación que tuvieron Julio y Oscar en su casa, cuando le pidió una opinión sobre la nueva conexión que tenía que hacer.- ¡Hacelo vos, no le des de comer a uno buitres que no saben nada!, y yo le creí. La pintó fácil, ¡ahora minga le voy a dar una mano con su auto!-
El timbre lo hizo volver. Con cara de incertidumbre llegó a la puerta y vio por la mirilla. Era la vecina de al lado.
 -¡Ya abro! Espere…- Chirrió la puerta y la figura de una mujer mayor apareció frente al dueño de la casa. -¿Qué pasa señora Luisa? ¿Qué la trae por aquí?-
-Muy bien don Julio, gracias por preguntar. Le molestaba para avisarle que había unos chicos jugando con la canilla principal del agua, aquí en la vereda…- Hablaba señalando con sus arrugadas manos la tapa que protegía la llave principal de agua en la vereda. Estaba tirada a unos metros de la caja donde se encontraba la canilla. Se notaba manoseada cuando Julio se acercó a ver.- Donde Eduardo los espantó para que no molestasen más. Era para avisar eso nomás. Un gusto verlo. Felices fiestas.-

Julio la saludó de igual manera mientras la veía desaparecer doblando la esquina. Absorto estaba. Entro a la casa. Cerró la puerta. Juntó los baldes de albañil, las cucharas que tenía para pastón. Depositó seis medidas de arena, dos de cemento y el agua necesaria para dejar la mezcla como una pasta verdosa oscura. Dedicó el resto del día a tapar todo el desastre que había hecho. ”Mejor otro día para pensar” se decía.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El último

Aquí, pisando el final de la colina, giro por no escapar. Estiro mi pierna y empuño mi rifle. Descargo sus balas, algunos cráneos explotan. Recargo. Doy un paso atrás, el suelo sede un poco. Me afirmo. Descargo sus balas. La sangre se confunde con la enrojecida luna, recargo. Última ráfaga que podré dar. Huelo a muerte delante, detrás mío el vacío. Gemidos. Apunto a su cabeza, acomodo mis pies. Derrumbe. Cada vez huele menos a esos cuerpos putrefactos, esa muerte. Ellos me miran caer. Empuño el arma del revés. Yo era el último vivo aquí, no tenía mucho anhelo de seguir. Ahora anhelo que haya quedado al menos un cartucho. Jalo el gatillo…

lunes, 1 de diciembre de 2014

Red Social para Lectores: GoodReads



Imagen obtenida de Wikipedia.

Aló desde el Sur del nuevo continente. ¿Cómo andan? Yo hace ya unos meses que encontré esta red social de lectores. Coincidió con mis ansían de ponerme a escribir y leer. Debo aclarar que muchos de los autores de temática zombie que estoy leyeno los ubiqué por este medio. Me ayudó a saber a quienes leer para tener un buen catálogo de información sobre la escritura en el género. Dedicaré una entrada a esta plataforma, esto me pareció muy interesante para darla a conocer a más personas. Es una plataforma que, para mí, resulta muy completa al llevar un registro de lectura, poder saber que opinan otras personas de las obras que uno ha leído, y obtener recomendaciones sobre nuevas opciones en la lectura. Dando por terminada esta introducción al tema, y sin más preámbulos, voy a contarles sobre esta red sobre bibliográfica: GoodReads.

¿Qué es GoodReads? - https://www.goodreads.com



Imagen obtenida de Wikipedia.
GoodReads es un servicio web que se dedica a la catalogación de libros de forma social. Lanzado en junio de 2007 por el programador Otis Chandler y comprado por Amazon en marzo de 2013, el sitio permite la creación de bibliotecas virtuales. Cada usuario agrega títulos a su perfil y puede catalogarlos en tres grupos: “Por Leer”, “Leyendo” y “Leídos”. Además de estos principales estados, nos da la capacidad de actualizar el progreso de los libros que leemos, puntuar los libros leídos en un rango de una a cinco estrellas y dejar comentarios del mismo, leer otros comentarios y puntuaciones de libros, crear grupos de debates y lectura, contactar con autores, y ver en tiempo real todas las actualizaciones de estado de todas las personas a las que sigues.
Para más información sobre GoodReads: https://www.goodreads.com/about/us

Facebook y GoodReads

Imagen obtenida en Wikipedia
El servicio tiene compatibilidad con Facebook. Podemos crear una cuenta usando nuestro usuario de Facebook, se enlazaran los perfiles, agregando automáticamente a GR información, como, por ejemplo, la foto de perfil de Facebook o la dirección de mail. Otras ventajas que trae enlazar ambas cuentas es poder configurar GR para que nuestra biblioteca virtual aparezca en nuestro perfil de Facebook, divididas entre “leidos”, “por leer” y “leyendo”. Además las valorizaciones y progresos se pueden compartir automáticamente si lo configuramos.

Catálogo


Imagen obtenida en Pixabay
Hay datos de diciembre de 2007 sobre un catálogo diez millones de fichas bibliográficas y, según la información que figura en la página de ellos, hoy en día cuentan con un catálogo de treinta millones de usuarios, novecientos millones de fichas bibliográficas, y treinta y cuatro millones de reseñas de usuarios. Estos números dejan a la vista una de las características más interesantes de esta plataforma: cualquier usuario puede crear fichas bibliográficas, además de todos los autores registrados que agregan sus obras al catálogo. Este factor hace que las obras presentes en el servicio estén en continuo aumento.

Conclusión

Estamos ante la presencia de una red social para lectores con mucho crecimiento. Hay datos de diciembre de 2007 sobre un catálogo diez millones de fichas bibliográficas, y hoy en día ya van unas novecientas fichas. Además, no sólo apuntar libros leídos, progresos de lectura o dejar asentado las próximas lecturas son la atracción de este servicio. La capacidad de interactuar entre amigos, grupos o autores lo hace una plataforma muy completa al momento de socializar a base del hobby de la lectura.

Para concluir con esta entrada, una lista de características del sitio:
-         Aproximadamente novecientos libros catalogados.
-         Se vincula con la cuenta de Facebook.
-         Podemos interactuar con los autores registrados, hacernos Fan de ellos.
-         Nos da la facilidad de puntuar libros, entre un rango de una a cinco estrellas, y escribir reseñas sobre ellos.
-         Podemos formar grupos de discusión sobre cada libro.
-         Al ser propiedad de Amazon, se puede enlazar los Kindle al usuario de GoodReads.
-     Con poca información necesaria, da la capacidad a los usuarios comunes de agregar fichas bibliográficas.


Ustedes, ¿Qué servicio de catalogación de libros utilizan?

miércoles, 26 de noviembre de 2014

¿De dónde sacamos los libros que leemos?


Puede que sea una pregunta muy simple. Por mi parte trato de ser lo menos pirata posible. El trabajo de los autores, especialmente los nóveles, es muy sacrificado. Es por ello que busco opciones de descargas legales por internet, baratas si se puede. Y aquí es donde entra el sentido de este post: Lektu - https://lektu.com



¿Qué es Lektu?
Lektu es una plataforma de distribución cultural (libros, revistas, podcast, historietas, etc.) sin DRM. En pocas palabras, trabaja sin un sistema de protección contra distribución ilegal de contenido. Al no utilizar un tercero en seguridad, el coste de los libros que distribuye no se ve influenciado. El lector tiene la capacidad de consumir a su antojo el contenido, donde hay múltiples formatos de edición en libros: PDF, EPUB o MOBI.

martes, 25 de noviembre de 2014

Monólogo (Relato)


No, la verdad que ese día no fue de los mejores. Se me había pasado por la cabeza mi muerte, pero esto… Esta herida no sé cómo llegó aquí. Por más que trato de recordar, lo único que viene a mi mente es la desesperación con que empezó ese día: La poca comida que disponíamos para vivir se acababa. De hecho, un loco desquiciado fue parte del quehacer matutino. Hubo forcejeos, gritos, piñas, escupitajos, filos, estocadas y disparos. Nunca lo hubiese creído que el hambre cambia tanto a las personas. Suerte que el cólera por hambruna se cura, con comida o con una buena descarga de perdigones. Pobre de él, cayó parte del decorado apocalíptico. La verdad digo, pensándolo de nuevo, que no tenía pobreza su final. Él no se levantaría. No generaría ningún problema, ni para sí ni para nosotros. Descansaría en paz y eso es lo que todos pretendemos, paz.

Lo que siguió no fue menos. Además de haber sido sorteado para tener que desechar el cadáver y conseguir comida, soportar los llantos de algunos compañeros tampoco fue de agrado. Nos perdimos en el andar. Caminamos y caminamos, el exterior de nuestro campamento estaba desolado: No hay mucho para explicar de lo que había fuera, tú ya lo has visto. Se dice que la muerte está en todos lados, te predican de “Ellos” como si fueran muertos vivos, porque no dejan de moverse. Uno, a veces, confunde conceptos. Cree que la vida es el corazón, pero los científicos desaparecieron sin revelarnos que es realmente “estar vivo”.

Perdón que deje contarte, pero espero que no hayas sido de esos que se metieron a un armario con torres de latas a esperar que el tiempo pase, inundados con la ilusión de ser rescatados por “Nosotros” ó “Ellos”. Yo no puedo imaginar estar así, sentiría claustrofobia. Pero no de estar encerrado, de no hacer nada, revolcado como un cerdo en mi propia esencia humana. Tampoco soy quien pueda decirte “Bien” o “Mal”, no puedo diferenciar. Eso mismo les dije a quienes me acompañaban.

A propósito, ¿Me dejas recostarme a tu lado? Seguro que es la parte más cómoda del suelo. Estoy empezando a sentir un poco de frío. He visto a muchos sufrir los efectos de una herida como esta. Primero, no coagulan; segundo, arde y se siente como te corroe por dentro; y tercero, empiezas a levantar temperatura hasta que tu cerebro se consume en una fiebre descontrolada. La pasas entre sudor frío y delirio. Yo no creo que la pase tan mal hasta que empiece a salir espuma por mi boca. Una de las últimas personas que recuerdo en pasar por eso fue Rosana. Era una chica buena, pero, ahora que lo pienso, creo que no le dieron tiempo a enloquecer. Todavía escucho sus gritos al intentar abrir la puerta que yo trabé. Intentó Maldecir a toda mi familia cuando la alcanzaron las extremidades de “Ellos”, cuando la atrajeron y se deleitaron saboreando su interior. Lo recuerdo muy bien, la ventana de la puerta me hacía el único espectador de mi obra. Era muy peligroso dejarla pasar. Eso le diría a José, el tercero en sacar la vara más corta. Él se había adelantado…

Disculpá que interrumpo nuvamente, ¿Te estoy aburriendo? Es que veo tu cara de “nada” y no sé si te puedes concentrar en lo que digo. Voy a tomar eso como un si… Te estaba diciendo que José estaba delante mío, a unos pocos escalones de llegar al otro piso. Escuché una puerta abrirse y los gritos de mi compañero que alertaban sobre “Ellos”. Pude dar con la escena, muchas manos trataban de arrastrarlo al infierno. Sentí el impulso, algo que nunca se había presentado en mí: El cólera de la supervivencia, el “Él o Yo”. Mi pié impulsó a José al infierno, lo condené. No sentí dolor ni culpa. Si frío, sentí el mismo frío que ahora.

Pero no recuerdo esta herida, al entrar aquí no la tenía, o eso creo. Vienen a mi cabeza imágenes de que corrí. Siento haber tumbado algunos cuerpos sin vida con mis manos… ¡Ahí! Al último no lo pude prever. Su mano formó parte de mi cuerpo por unos instantes. Ahora lo recuerdo bien. Tras él estaba este lugar y sólo pude entrar al volarle los sesos y girar el picaporte. Trabé, antes que nada. Lo bueno es que solamente estabas tú.

Y todavía estás, eso es bueno. ¿Puedes cambiar tu cara de nada? Es que me recuerda a alguien. El frío me está matando, sabes. Siento que en cualquier momento voy a ser como tú, con cara de nada. Sabes, mi madre te diría que estás igual de “chulo” que yo. Tienes una cara muy parecida a la mía, seguro que sientes frío, por eso tu cara de nada…



lunes, 24 de noviembre de 2014

Nuevo libro: Degeneración - David Pardo.



Dando vueltas por Ejercito Zombie, logré dar con el autor de esta obra: Un tal David Pardo. Dándole charla, llegué a entender mejor cual fue el sentido de la historia. Sus ganas de dar a conocer su forma de ver el mundo, de sumergirnos en al caos al que puede llegar a ser el mundo, según él.
Volviendo a la temática del terror, los zombies son de esos temillas tabú que se están empezando a transformar en una inmensa turba de seguidores hambrientos de Pulp. Cada historia que sale, sea de la calidad que sea, del autor que sea, región, religión; es saboreada a cada bocado visual. Entre tanta vorágine aparecen nuevas obras que nos sorprenden. Ellas nos llegan a deleitar, hasta dejan en nosotros un gustito de querer más.



Imágenes, de Santiago Eximeno; con preludio sobre mis intensiones a corto plazo.

Me he puesto una meta. No sé si a largo y a corto plazo. Aunque si tengo pensado empezar a escribir en grande. Puede que no llegue a escribir como un eximio Marquez, pero pretendo no ser un mono escritor de ciertos diarios argentinos.
Sabemos que todo emprendimiento necesita recursos, casi obvio. Los míos serán dos: por un lado, lectura de libros, por el otro, lectura de guías de cómo escribir. Es inevitable volver a aprender a escribir. Uno olvida lo que estudió desde primer grado hasta tercero de secundaria: ANÁLISIS SINTÁCTICO.
Volviendo a lo de la meta, uno pretende poder lograr ello en el menor tiempo posible. Esto puede ser complicado, porque la escritura no da, como la música, dinero. Eso, a menos que estés en la cumbre de tu carrera. Mientras eres “don nadie” es “por amor al arte”.

De todo este delirio de palabreas deriva a esta nueva entrada de mi Blog:

 Nuevo libro leído: Imágenes, de Santiago Eximeno.

Comentario del libro
El libro me gustó mucho, es una novela corta bien llevada. En todo momento juega con el desconocimiento, la duda, la extrañeza; hasta la más mínima pizca de realidad nos pone del tomate. La temática es el suspenso y el terror psicológico, aunque luego deriva a, algo así, como ciencia ficción/fantasía, buscando una respuesta abierta a cada lector. Nos lleva a deducir el mundo en el que estamos inmersos.
Tiene quiebres en la trama donde hay que estar atentos y puede que nos lleve a retroceder a la página anterior para no perder el hilo. Así que no leer por leer y ¡a prestar atención en los ojos!

Aquí la portada del libro en cuestión:



Sinopsis
Cuando el psiquiatra Julio Gómez atravesó el portal del Hospital para Perturbados Mentales Salduba, no se le pasó por su mente el desquiciado futuro que le esperaba al intentar tratar al paciente Andres Vergara.